El Instituto Tecnológico de Sonora rindió un homenaje a un gran benefactor de la sociedad cajemense, Don Javier Robinson Bours Almada. Su visión empresarial ha impulsado el desarrollo económico de la región, y de innumerables causas altruistas educativas, culturales y deportivas, a las que ha apoyado incondicionalmente.
Desde los inicios del Instituto Justo Sierra, ahora ITSON, su padre, Alfonso R. Bours, se involucró de lleno en el proyecto. Por lo que Don Javier, contagiado por esta noble labor, perpetuó su legado, formando parte del Honorable Patronato como Presidente.
Entre los grandes aportes que realizó a nuestra casa de estudios, fue la entrega en comodato del recinto cultural más emblemático de Cd. Obregón, el Teatro del ITSON, cuando fungía el cargo de Alcalde de nuestra ciudad.
Durante la ceremonia, el Rector del ITSON, Dr. Javier José Vales García, mostró su admiración y respeto a Don Javier Robinson Bours por su espíritu altruista y humano para impulsar el crecimiento tanto en infraestructura como en calidad educativa.
La máxima autoridad de la Universidad manifestó que Don Javier constituye un pilar importante en lo que hoy se ha convertido el ITSON, consolidando con acciones concretas el futuro de los cajemenses que deseaban y necesitaban contar con acceso a la educación superior, sin necesidad de emigrar a otras partes del país.
Asimismo, el Dr. Vales García destacó que el Instituto Tecnológico de Sonora ha madurado, pasando de 58 alumnos al inicio del Instituto Justo Sierra, a más de 17 mil estudiantes hoy en día, convirtiéndose en una universidad de vanguardia y socialmente responsable. “Nuestro compromiso con la sociedad es mayúsculo por los diferentes desafíos que enfrenta, es nuestro deber consolidar el andar y la visión de hombres como usted a través de nuestro personal, estudiantes y egresados”.
Por su parte, Don Javier Robinson Bours agradeció a la Universidad por el reconocimiento a su esfuerzo y apoyo a la educación superior; Institución que le tocó ver nacer a finales de los años cincuenta, la cual se ha convertido en orgullo y patrimonio para Cajeme.
“Estos años de vida me han brindado grandes satisfacciones, una de ellas es ver el desarrollo del ITSON, ver como en estos más de 60 años han egresado miles de alumnos bien preparados y cada vez más competitivos, que están contribuyendo día con día al desarrollo de nuestra ciudad, estado y país”, expresó con entusiasmo.
Su entusiasmo por el compromiso social y, sobre todo, por la educación, continúa siendo de inspiración para muchas generaciones que, sin duda, ha dejado una huella en el corazón y en los sueños de los jóvenes sonorenses.