El Cobanaro
Por Octavio Almada Palafox
El Presidente Andrés Manuel López Obrador ha colocado en el estrato mediático toda una retórica de marca propia que emplea la supuesta superficialidad del lenguaje coloquial con entramados históricos, imágenes recurrentes a modo de pilotes de cimentación y todo un discurso de sustento que corre por debajo de los mensajes públicos. Este discurso que altera los nervios de la oposición y se cose a la efectividad de la comunicación inmediata, es su propia visión de la política, del momento y del cómo de la práctica, de la transición y de la construcción futura de la apuesta democrática real. ¿Real? dirá usted. ¿Cómo es eso? Sí, real porque es la que atiende a las tensiones mundiales, federales, de los estados, de los grupos de poder, de la realidad mediática, de la llamadas ideologías, de las tensiones emergentes, de los pueblos, las organizaciones, las eventualidades, es en sus términos: hacer lo que se pueda hacer, con lo que se pueda y cómo se pueda. Eso es demoledor para las teorías políticas que desean demasiado sin argumentar cómo y hacia dónde en este océano tormentoso del cual cada quien quiere tener la pesca imaginada.
Y todo ello es un entramado de resistencias y alianzas eventuales Y sí, a veces las eventualidades se enciman sobre todo ello y dominan, como es el caso del virus por todos conocido que tiene en colapso a la civilización humana.
Ante ello ya usted debe de saber que el Presidente tuvo una gran reunión, sin viajar con el Grupo de G-20 que es foro cuyos miembros permanentes son 19 países de todos los continentes. Es el principal espacio de deliberación política y económica del mundo. En conjunto las entidades políticas representadas en el G20 reúnen el 66 % de la población mundial y el 85 % del producto bruto mundial. Y fue virtual, es decir, como se deben hacer las reuniones para no estar gaste y gaste dinero de los recursos públicos. Ahí planteó algunos temas de manera sencilla pero que tienen un profundo sentido.
La toma de decisiones políticas con el apoyo de especialistas. Esto ha sido todo un drama humano porque la historia de las decisiones políticas, usted sabe, ha tenido grandes errores. De hecho la conducción de la humanidad civilizada está a punto del naufragio porque entre el declive neoliberal, el cambio climático, la sobrepoblación y las enfermedades de corte epidémico, esas decisiones son las que nos tienen así, porque no han sido convenientemente consultadas a especialistas con visión humanista. Este es el caso. La convocatoria obradorista es contundente: no somos todólogos y tenemos que asentar las decisiones sobre la complejidad técnica.
Segundo, decisiones con apoyo de los pueblos. Consensos, consultas, acercamientos, respeto al tejido social. Ya vimos una lección en la semana referente a un tema de agua que fue resuelto en una consulta pública y que enojó a empresarios que sólo ven para su bolsillo.
Tres: Recuperación económica con preferencia a los pobres. Frase muy sencilla pero muy cargada. AMLO avisa, si la recuperación después de saltar esta crisis se sigue de más de lo mismo, estará errada y nos llevará al mismo hoyo. Si las economías de los más ricos no se orienta a un equilibrio en todos los sentidos, con todos los temas, el mundo civilizado corre un riesgo mayúsculo.
Cuatro: La intervención de la ONU para que se asegure el acceso a medicamentos y equipos, evitando el acaparamiento y la especulación con las necesidades de salud pública. Toda crisis engendra peores comportamientos. Ya sabemos de algunas farmacéuticas en México que estaban en un entramado de corrupción con los políticos y los administradores del sector salud de antes. Por ello y porque el dominio de las farmacéuticas es mundial se apela a esta reunión para controlar los preciados medicamentos, así como con los equipos médicos como es el caso de los ventiladores mecánicos.
Y quinto, el presidente mexicano solicitó lo que sólo se hace en una guerra: una tregua. Y la llamó así porque efectivamente el sistema económico es una guerra de desigualdad que engendra pobreza, insalubridad, inseguridad y colapso ambiental.
Por eso llamó a evitar políticas arancelarias unilaterales, no a los monopolios comerciales, revisar lo del manejo del precio del petróleo, que está afectando mucho a la economía mundial y a ayudar a estabilizar los mercados financieros y atajar la especulación. Así, el presidente Andrés Manuel López Obrador planteó durante la Cumbre Virtual de Líderes del G-20 cinco temas que parecen sencillos pero que son parte del núcleo del recurso humanitario: solidaridad, decisiones racionales, comportamientos éticos. Estos tres elementos son precisamente los que han estado ausentes en todos los procesos de tomas de decisión política. Temas dificilísimos de asumir por todos y por lo cual estamos como estamos. Esperemos hacer caso en esta de las últimas llamadas.
“La duda dentro de un equilibrio no es duda.” Octavio Almada
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