Con la expresión “no manches” y varios saltos de alegría, inició la nueva vida para Juan Pablo y su mamá, Fernanda Martínez, quienes hace dos años iniciaron una batalla para vencer la leucemia linfoblástica aguda; y lo lograron gracias a los tratamientos recibidos del personal del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) en Sonora.
La madre del niño de cinco años, recordó que a Juan Pablo le detectaron la enfermedad a los dos años y ocho meses de edad, y desde entonces recibieron tratamiento en el en el área de Oncología Pediátrica, del Hospital de Ginecopediatría (HGP), en Hermosillo.
“Estábamos en consulta cuando el médico le dijo a Juan Pablo que ya había terminado su tratamiento, y que ya no iba a haber más quimios; y la reacción de Juan Pablo fue de sorpresa, y lo primero que le dijo fue: ¡no manches! brincó y abrazó al doctor”, recordó.
Destacó el trato recibido por el especialista Benjamín Arroyo Acosta, oncólogo del HGP, quien siempre mostró dedicación a su hijo y al resto de los pacientes que son que son menores de edad, tratados en esa especialidad, quienes se encariñan con él y todo su equipo de enfermería.
“Tuvo una excelente respuesta al tratamiento inicial; después de eso se mantuvo en remisión molecular durante todo el tiempo (de atención) y estuvo recibiendo quimioterapia sistémica, que comprende intravenosa, tomada, intramuscular e intratecal”, declaró Arroyo Acosta.
El oncólogo destacó que los protocolos utilizados dentro del IMSS cumplen con normas internacionales, por lo que Juan Pablo culminó su tratamiento de 30 meses, proceso en el que tuvo condiciones estables, gracias también a los cuidados en casa.
Fernanda mencionó que aún les quedan cinco años más en revisión, pues cada seis semanas le realizarán estudios de sangre; además, cada seis meses le harán aspirados de médula ósea.
“Nunca había utilizado mi Seguro Social, no estaba dada de alta; fue sorprendente la labor del personal médico, estoy eternamente agradecida con el IMSS”, finalizó.