Después que el expresidente Porfirio Díaz había dado concesiones por 50 años a compañías petroleras extranjeras, las cuales daban trato injusto a los trabajadores mexicanos y determinarse que estas habían incurrido en fraudes fiscales millonarios, basándose en la nueva Constitución de 1917 en la que se establece que el petróleo es de la nación, el entonces Presidente de la República, Lázaro Cárdenas del Río, decidió expropiar la industria petrolera, por lo que el 18 de marzo de 1938, en cadena nacional, habló al pueblo de México para comunicarle que se hacía efectivo el artículo 27 constitucional y el petróleo volvía a ser de los mexicanos; así lo manifestó el Secretario General del Sindicato de Trabajadores Petroleros en ciudad Obregón, Manuel Francisco López Parra, al fungir como orador oficial en la ceremonia cívica por el 86 aniversario de la Expropiación Petrolera.
Reconoció que la Expropiación Petrolera fue uno de los actos más trascendentes, no sólo de un sexenio, sino del régimen de la Revolución Mexicana que transformó la realidad económica y social de la nación.
Agregó que, en este proceso de expropiación, Cajeme no fue la excepción al retirar a los extranjeros de la entonces Industria La Huasteca Oil Company, ubicada en calle Jalisco casi esquina con 200, donde se trabajaba en medio de condiciones insalubres y con alta carga laboral.