Los zapateros han desempeñado un papel muy importante en la prolongación de la vida útil de los zapatos a lo largo de la historia.
Desde hace 44 años, Héctor Navarro, un hábil artesano ha sido el guardián silencioso de la sostenibilidad y la durabilidad, reparando y renovando calzado con destreza y dedicación, en su local ubicado por la calle Hidalgo y California en ciudad Obregón.
“Desde chico, nada más que ya en forma en forma a partir del 81 pero de niño cuando las vacaciones de primaria me mandaban con mis abuelos y allá me entretenía y aprendía el oficio, me gustaba mucho las manualidades, tenía menos herramienta casi todo era muy rustico” En el oficio de la zapatería heredado por sus abuelos, encontró una oportunidad para darle sustento a su familia.
Sin embargo, con el paso del tiempo, la introducción de materiales sintéticos y la cultura del consumo rápido o de un solo uso, han llevado a una disminución en la demanda de servicios de reparación.
“Ahorita está algo floja, tal vez porque en todos los comercios es la misma ahorita pero gracias a Dios si cae trabajito todos los días”
“Ahorita el zapato está de muy mala calidad a veces conviene mejor comprar otro zapato que repararlo, a veces sí cuando se puede pero yo soy honesto con cl cliente le digo sabes qué no te va a quedar bien este trabajo mejor cómprate otro zapato o le hacemos la lucha, pero a cómo está la ruina ahorita pues dicen hazle la lucha a ver cómo queda”
Por otro lado, existe una amenaza latente al futuro de este oficio: el cambio de preferencias laborales y profesionales en las nuevas generaciones.
“Sí se va perdiendo yo he querido enseñarles a chavos pero no quieren, no les interesa aprender un oficio, yo siempre les he dicho a mis hijos el aprender un oficio donde quiera te va a sacar de problemas económicos”
Héctor, Navarro, propietario de renovadora de calzado Navarro, explicó que también los costos se han incrementado, lo que hace más difícil mantener este oficio.
“Cada año aumenta por los fletes, el costo de la gasolina aumenta fletes el comprador y el que nos surte paga todo eso y aumenta”
“El hule ha aumentado ¼ de hule costaba $50 pesos por ejemplo, ahorita ya está en $170”
A pesar de todos los obstáculos, en Cajeme subsisten unos pocos zapateros, quienes como Hector, disfrutan de ser su propio jefe y trabajar en su local, el cual está lleno máquinas, martillos, pegamento, cierres y por supuesto, zapatos.
Para Éxodo radio, Columba Chávez