El presidente Andrés Manuel López Obrador firmó el decreto por el que
instruye convertir el penal de las Islas Marías en el Centro de
Educación y Transformación y Capacitación para niños y jóvenes, ‘Muros
de Agua, José Revueltas’.
En este nuevo sitio convivirán las artes, la cultura, la historia y el
deporte. Entre otras actividades, habrá puestas en escena, talleres,
senderismo, avistamiento y monitoreo de fauna, que también podrán
disfrutar las personas de la tercera edad.
En conferencia de prensa matutina el jefe del Ejecutivo dijo que la
prisión que data de los tiempos de Porfirio Díaz pasará a ser una isla
para la libertad, la recreación, el disfrute, el cuidado y amor a la
naturaleza.
Explicó que las secretarías de Medio Ambiente y de Marina, trabajan en
el plan para trasladar a los visitantes a los campamentos una vez que
concluya la reconstrucción de la isla luego de que resultó con daños
materiales por el Huracán Willa.
Indicó que la decisión de cerrar el penal está llena de simbolismo y
representa un reconocimiento a los derechos humanos. Aseguró que se
acabaron los castigos que atentan contra la dignidad humana.
“Si tenemos una mejor sociedad, no habrá necesidad de cárceles.
Debemos tener más escuelas y menos prisiones”, afirmó.
El pasado domingo el presidente viajó a las Islas Marías junto con los
secretarios de Seguridad Pública y Protección Ciudadana, Alfonso
Durazo; de la Defensa Nacional, Luis Cresencio Sandoval; de Marina,
José Rafael Ojeda Durán; de Medio Ambiente y Recursos Naturales,
Josefa González Blanco, y de Turismo, Miguel Torruco Márquez.
Asistieron también el responsable del Sistema Federal Penitenciario,
Francisco Garduño; el subsecretario de Derechos Humanos de la
Secretaría de Gobernación, Alejandro Encinas; y los gobernadores de
Nayarit, Antonio Echeverría, y de Sinaloa, Quirino Ordaz Coppel.
Ahí, convivió con los internos y atestiguó las labores que llevan a
cabo durante su proceso de reinserción: desde la producción acuícola,
hasta actividades artísticas.
Actualmente el penal tiene una población de 600 personas privadas de
su libertad consideradas de baja peligrosidad.
El presidente anunció que como parte de la transformación de la
prisión en un centro cultural, se liberará a más de 200 internos,
mientras que el resto serán reubicados en penales cercanos a sus
domicilios con una posible reducción de condena.
Indicó que la decisión fue bien recibida por todos, incluidos los
custodios que laboran en las Islas Marías.