Las malas decisiones o equivocaciones son parte de la vida de toda persona y siempre están presentes, pero lo más importante es saber rectificar y lograr salir adelante antes de que los errores provoquen daños irreversibles, que en muchas ocasiones por más que se quieran solucionar ya no es posible, como en el caso de la drogadicción, una enfermedad de la que no todos logran salir y menos convertirse en personas de bien y de apoyo para la sociedad.
Es por eso que ahora presentaremos el caso de Alejandro Coronado Domínguez, quien logró vencer la enfermedad de la drogadicción y no solo eso, hoy en día es una persona productiva ante la sociedad, ya que es un gran maestro de educación primaria, así como de educación física e instructor de Boxeo y por si fuera poco apoya a otras personas con esta enfermedad para que logren salir adelante y puedan acceder a un mejor futuro.
“Empecé a consumir desde muy pequeño tenía solo 14 años de edad, durante nueve años estuve metido en las drogas, por suerte hoy en día ya tengo más de 7 años sin consumir nada, con mis metas ya bien trazadas y mis ideas bien claras, es algo que no se lo deseo a nadie, es por eso que aún sigo ayudando a las personas que tienen esta enfermedad y hago todo lo posible por guiarlos de la mejor manera”, afirmó el Profesor.
Coronado Domínguez comentó que en muchas ocasiones tanto los enfermos como los mismos familiares sienten que están en una situación imposible, por lo que les manda un mensaje donde afirma que nada es imposible y que con el apoyo y la fe en Dios todo se puede lograr, solo es importante que el apoyo siempre este presente durante todo el proceso.
Así mismo mencionó que espera que sus palabras lleguen a los oídos de muchas personas, tanto familiares así como personas que se encuentran enfermas en este momento, para que no pierdan la fe y se den cuenta que los tiempos de Dios son perfectos y que todo se puede lograr, solo hay que ponerle todo el empeño, de igual manera se puso a la orden de todas las personas que lo puedan necesitar será todo un placer ayudarles, finalizó Coronado Domínguez.
Por Emmanuel Balmaceda