CÓMO SE DESTRUYE UN SISTEMA POLÍTICO? SE PUEDE DESTRUIR? PARA QUÉ SE DESTRUYE?…

El Cobanaro

Por Octavio Almada Palafox

Si algo tienen en claro millones de mexicanos es que ya no se soportaba el  grado de corrupción al que habían sometido todos los procesos políticos, los institucionales, los administrativos, las relaciones laborales y comerciales. La infestación de la corrupción formaba ya un entramado que lo ocupaba todo. Y todos lo vivíamos permisivamente a diario, sobre todo en los grandes negocios, aquellos que tienen que ver con los recursos naturales, con una paga precaria a millones de trabajadores, con un campo saqueado y casi muerto y por supuesto centenas de familias separadas para sobrevivir en otro país.

Creo que muchos mexicanos no tenían en su mente la catástrofe social en la que vivía México. Sobre todo aquellos que vivían bien gracias a esa desigualdad social y podían darse incluso lujos y discriminaciones.

Pero son tiempos en los que no se puede plantear la destrucción de un sistema de convivencia sino sembrar detonaciones en ese sistema para que pueda transitar a otra forma de comportarse dentro de las instituciones y en la vida civil. Porqué ? Es una pregunta que inquieta en las utopías, en el pensamiento revolucionario o en las ideas sociales del cambio. Miren, se trata de esa peculiar palabra cuya dimensión no puede ser captada hasta que brotan fenómenos violentos que sacuden y fracturan nuestra certidumbre y nuestra aparente tranquilidad en el suceder de los hechos. Para el presidente de la República, nos queda claro, la solución no es reventar el  sistema, nos lo ha mostrado en cada uno de sus actos. Porqué si es un sistema injusto.  Porque es un sistema tan atado al sistema internacional, tan sujeto a las energías tácitas y explícitas de los grupos de poder, que si se revienta, es muy fácil las formas de intervención para disolverlo. Los grupos de poder económico no se tientan el corazón para revertir procesos revolucionarios, y no les importa el coste en cientos de miles de vidas. Para ellos es más importante que prevalezcan los países en una acostumbrada desigualdad social, en un tono de precariedad de las mayorías.

Pero  el Presidente Andrés Manuel López Obrador tiene que navegar entre esas tensiones mayúsculas e ir conjurando o despejando las fórmulas de la desigualdad sin presentarse como un enemigo de las potencias financieras que tienen su preocupación de enfrentarse a los bloques europeo, asiático y ruso. La Pandemia misma que ha envuelto al mundo en una deriva impredecible aún, es por ahora el límite de las preocupaciones entre las naciones.

Y eso no ha detenido al Presidente mexicano para colocar en ciertos nodos del sistema detonaciones que están cimbrando definitivamente al viejo régimen de rapiña y parasitismo.  

Una de esas detonaciones se dio esta semana con el anuncio  en el cual Emilio  Lozoya señala al expresidente Peña Nieto y a Videgaray por sobornos de Odebrecht. Recordemos que el titular de la FGR indicó que hubo una serie de sobornos de más de 100 millones de pesos para la campaña del priista que más tarde se convirtió en presidente, además del asesores extranjeros que colaboraron en la campaña de 2012 y pagar 120 millones de pesos a legisladores para reformas estructurales. La Fiscalía General de la República tiene certeza de que todos los delitos denunciados contra Emilio Lozoya no han prescrito, quien advirtió que si no hay reparación del daño, el ex director de Petróleos Mexicanos no gozará de un criterio de oportunidad.

Tiene que acercarse al nodo detonado para poder  abarcar con la imaginación lo que esto puede significar para el viejo régimen y sus generaciones futuras. Este nodo tiene conexiones ocultas, ramificaciones que involucran a una red de operadores, de partidos políticos, del poder legislativo, de empresas, de sistemas de comunicación. Porque no crea usted que están desconectadas las experiencias delincuenciales de La Estafa Maestra, Los Fraudes Electorales, las Reformas Estructurales, los permisos de explotación de recursos naturales, las industrias de alimentación chatarra, ciertas puntas fiscales, el mismísimo Fobaproa, los asesinatos masivos, la persecución y vigilancia de regiones campesinas e indígenas y la red del crimen organizado. Todo está minuciosamente tejido de permisos, de cerrar bocas, de convencer a la buena o la  mala, de redes de intereses que van más allá de nuestras  fronteras. Todos los personajes involucrados desde hace décadas en la construcción y mantenimiento de esta red cínica que siempre ha gritado que lo hace por México. No, no por Usted, sino por ese México de aristócratas compadreados y casados. Estamos ante un gran capítulo de la historia de México en el cual un grupo de políticos lidereados por López Obrador, se confronta contra capos y gángsters de la política y que está marcando los caminos de la concepción de la política, esta vez dirigida por la vara ética.  .

Pero esta semana dio más de que hablar. Se trata de la presentación del acuerdo por parte del presidente Andrés Manuel López Obrador en el cual se producirá la vacuna Oxford y AstraZeneca contra COVID-19, en el que participan México y Argentina y en el cual se destacó la “suma de voluntades” del que también forma parte la Fundación Slim, que aportará los recursos necesarios para iniciar la producción de la inyección una vez sea aprobada por las instancias reguladoras. El mandatario destacó el trabajo realizado por Marcelo Ebrard, secretario de Relaciones Exteriores, en el desarrollo de este proyecto que contará con la participación de los Laboratorios Liomont en México. Se enfatizó que el acceso de la vacuna será universal en el país y que la inversión para comprarla no superará los 25 mil millones de pesos.

Esta otra detonación da una lección universal de trabajo conjunto entre gobierno, empresas nacionales e internacionales, entre naciones en favor de la salud de millones. Es tan grande esta experiencia de tejido político que no se percibe la dimensión que marcará los destinos de las naciones. Es así como se debe trabajar la salud social que tanto tiempo se utilizó para traficar, para negociar con la salud de millones. IMPRESIONANTE.

“La lucha contra un sistema, y un sistema que no lucha, con el pueblo si lucha” Octavio Almada

@octavioalmada1

@ElCobanaro

Deja un comentario