LA OPOSICIÓN IDIOTA

El Cobanaro 

Por Octavio Almada Palafox 

Parece brusco pero la etimología suaviza, profundiza y amplía el término hasta desplegar su potencia definitoria. La palabra idiota proviene del griego ιδιωτης (idiotes) para referirse a aquel que no se ocupaba de los asuntos públicos, sino sólo de sus intereses privados. Así mismo se trata como el encerrado en sí mismo. La raíz “idio”significa “propio” y es la misma que en “idioma” o en “idiosincrasia”.

Bien. ¿Porqué una oposición idiota? Porque en su ensimismamiento, es su interés privado no se ha percatado de dos fenómenos que la atan y la responsabilizan. Primero está que la situación del país antes de dos meses, tiene responsables en todos los sentidos en obra y omisión. En obra porque aportaron gran cantidad de sus facultades en corromperse, en hundirse en una adicción al dinero hasta perder el sentido de la realidad y transformarla, sí transformarla en una realidad social inmensamente carcomida por la inseguridad y la impunidad. La oposición aún no se percata que ellos construyeron día a día, presupuesto a presupuesto, avidez tras avidez la precariedad y el riesgo con el que viven millones de mexicanos. No, no se han dado cuenta y eso tiene sólo una definición: la oposición está enferma.

La omisión de la oposición es todo aquello que pudieron haber hecho pero nunca movieron un dedo para hacerlo. Se los impidió la nula energía cognitiva para entender el concepto de poder público y se anegaron en la parafernalia, el glamour, lo cool del poder. Esa fue y es aún su anemia.

Por eso se entiende que continúen en su espiral idiota porque no hay facultades de alta cognición. Y eso les lleva al tercer punto, a la deriva de sí mismos.

La ciudadanía electora ya no decidió por ellos precisamente por esa tara política. Perdieron en un proceso fallido de décadas la oportunidad de perpetuarse en el poder. Perdieron porque mucha de su energía se esfumó en las carnicerías internas, en destruirse a sí mismos en las competencias internas hasta anularse completamente. Perdieron porque en el horizonte político un solo hombre de voluntad titánica convenció a la mayoría de los electores a transformar la catástrofe socio- política en una vía de posibilidad. Antes de percatarse del potencial del candidato ahora Presidente, volcaron aparatos de gobierno, multimillonarias cantidades y artimañas contra él y sólo lo hicieron más fuerte. La historia analizará cómo es que un solo hombre puso en jaque a un sistema político decadente y y cursi.

Ahora existe otra oportunidad de que la oposición se rehaga pero parece que otra vez su pulsión autodestructiva defina su futuro.

El Presidente de la República no está colocando en el proceso político la totalidad de sus propósitos ni de sus ideas; se está confrontando contra una colosal resistencia que no pretende dejar sus nichos delincuenciales. Esa resistencia enquistada en las peores formas del poder político como los corporativos, los sindicatos charros, los berrinches de sectores y algunas fuerzas ascendentes que no se han ubicado en el calibre político preciso: la transición.

Mucho antes de comprender qué es eso de la transición la oposición se ocupa de sembrar minas políticas, de ser un lastre sobrebio de ceguera y necedad, de parlotear un discurso de falsa crítica y de delirante acusación, exigente de resultados que ellos nunca lograron siquiera visualizar mentalmente, de generar obstáculos no a la Presidencia sino a la transición que al país le urge.

La Presidencia está construyendo una plataforma política de largo aliento y horizonte y la oposición podría salir altamente beneficiada si en lugar de pergeñar idiocias se uniera a esta energía que viene determinada por la legitimidad popular.

La transición exige quitar filo a las exigencias de las partes. El propio ideario de fondo del Presidente ha cedido en favor de conjugar energías. Se están haciendo las cosas con lo que se tiene. Pero vemos a una oposición hechizada con su identidad de voracidad y lejana a la demanda social.

México está dentro de uno de sus mayores conflictos y en el paisaje aún se observa a un hombre tratando de conjurar el maleficio de la corrupción. En un sistema de partidos, los propios partidos tienen la responsabilidad de que el sistema que los nutre no se les caiga, esperemos que a las generaciones jóvenes de la oposición se les de la luz.  

“ La luz es como la voluntad, si no la tienes no podrás ver tu camino “ Octavio Almada

@octavioalmada1

@ElCobanaro

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