DEL CONTROL POLÍTICO DE LA INFORMACIÓN A LA COMUNICACIÓN SOCIAL DE GOBIERNO

 El Cobanaro 

Por Octavio Almada Palafox 

Hay un proceso al que hay que poner atención en este periodo de transición. En aras de citar a eso que le llaman complejidad que refiere una suma de procesos en actividad, en diversos ritmos y velocidades, procesos visibles, oscuros y no considerados, hoy trataremos de apreciar el proceso de la comunicación en este periodo.

En primer lugar colocar el proceso de legitimidad. El cambio lo procuraron los votantes que decidieron ubicar a Andrés Manuel López Obrador en la cabeza de las estructuras de decisión política del gobierno. La estructura general de las decisiones políticas es un absoluto social, la del gobierno corresponde al Presidente y afecta a una enorme parte de la sociedad.

Recordemos que antes de diciembre pasado todavía se vivía el control político de la información, que quiso dominar la comunicación oficial. Gracias al poder del dinero público dirigido al control sabíamos que la información era controlada: reflexiones, investigaciones, corrientes de datos y notas, todas eran orientadas al destino de controlar la información.

La circulación de ideas, la adquisición de conciencia crítica, la aparición de las redes sociales, la persistencia en imponer un modelo de corrupción, de desigualdad social e impunidad terminó por colapsar el poder político tradicional.

Ahora, desde la Presidencia, los cambios en materia de información han llegado para abrir un concepto de comunicación social. Desde las conferencias cotidianas del propio Presidente, desde las reacciones de alta velocidad de medios y redes, desde el activismo social de diversos temas hasta el cambio total de las cabezas de los órganos de gobierno, el tratamiento y la difusión de información de las decisiones de gobierno, se está abriendo toda una corriente de comunicación social. Ahora sí se percibe la comunicación porque hay participación ciudadana, porque el gobierno ha modelado asuntos de gobernabilidad y propuestas por la participación ciudadana. Las propias conferencias matutinas del ejecutivo son un ejercicio de debate, de cuestionamiento y respuesta inmediata. Incluso la velocidad de los medios que exigen, o les exigen “nota”, el Presidente tiene que administrar respuestas porque muchas respuestas están sometidas a procesos judiciales, de estrategia política, de determinación presupuestal. Las velocidades de los procesos no están siempre a disposición de las prisas por  “las notas”. Esto creará toda una nueva configuración del ejercicio del poder de la información y un nuevo concepto de lograr la comunicación que no es lo mismo. Los medios mismos han visto mermado su poder de impacto, han tenido que ajustarse a los mercados públicos de generación de información y respuesta de las redes sociales. La conferencia matutina ya es un determinante, aunque no absoluto, de la agenda política y mediática. Hay muchas pequeñas revoluciones dentro del proceso de transición y grandes resistencias que tienden a la comodidad de la tradición de controlar la información.

Aún esta efervescencia ha presentado sus puntos en contra: el anonimato en redes sociales, la invasión de bots que pretenden controlar información desde francas mentiras a verdades incompletas, las bobas irreverencias y las contundentes amenazas en redes tenderán a desaparecer o a aminorar. La gente aprende rápido a detectar falsedades. Una legislación prudente en redes contra las fake news, las noticias falsas, los anonimatos, los algoritmos inducidos, las redes de bots quedarán desnudados o inhibidos. La voluntad social por la verdad tiene que radicalizarse aún más. Hay conglomerados de resistencia verdaderamente criminales como los que inducen a la gente al huachicol sin importar sus vidas. Por ello la barra gubernamental de información, canal 22 y 11, RTC, Educal, Notimex y demás entidades de información, gobernada por inteligencias críticas pretende hacer llegar a la gente más apartada de los núcleos de difusión comercial, información que enseñe la adopción de los programas de gobierno, que combata la manipulación del rumor o el periodismo aún sometido y que se adiestre al pensamiento crítico. Apenas se empieza esta batalla inmensa por la racionalidad. 

“La Comunicación de un gobierno debe ser el ingrediente principal en la mesa de la cocina de la casa del mexicano “ Octavio Almada 

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